domingo, 24 de mayo de 2015

Valle de Aguas Calientes, Termas de Chillán

Trekking en la montaña


Todos los años hacemos un paseo familiar a la montaña, y para este mega fin de semana preparamos las maletas y partimos a las Termas de Chillán, esta vez el desafío era hacer trekking por los senderos que existen en el valle, y así lo hicimos. Cuando se acaba la ruta que lleva al centro de ski y se llega al segundo parque de aguas (piscinas con aguas termales) se inicia el sendero del valle de aguas calientes.

Al comenzar serás recibido por una pendiente que podría resultar de dificultad menor si estás en buen estado físico, pero si no es el caso, con buena hidratación y descansando de vez en cuando, igual lograrás el objetivo. En el camino podrás observar e interactuar con la vegetación cordillerana en su mayor esplendor. Como estamos en otoño, el sendero estaba cubierto de pequeñas hojas color ocre, las que te acompañarán en todo el primer tramo del camino y uno que otro tronco caído que puede resultar preciso para descansar y disfrutar la tranquilidad del lugar.

Foto: M. Julia Flores / Nikon D 3100

Luego de unos 20 minutos, pasando el bosque de coigües, comienza la segunda etapa del ascenso, aquí ya no habrá bosque nativo que te acompañe en el camino, pero si un pequeño colchón de vegetación cordillerana que aún no pierde totalmente su verdor. De esa vegetación que resiste las condiciones climáticas que sólo la  cordillera impone, pero aquella hierba sigue ahí, resistiendo las inclemencias del tiempo pero viviendo en lo alto, con aquella vista que sin lugar a dudas vale la pena el esfuerzo. 

Foto: M. Julia Flores / Nikon D 3100

Foto: M. Julia Flores / Nikon D 3100

Seguimos ascendiendo y se observan las primeras fumarolas, vapor que emerge de la tierra y que por ríos subterráneos ayudados por la mano del hombre confluyen en las termas donde se inició el viaje. El olor azufre penetra las narinas y el cuerpo rechaza esta señal, estamos en el lugar donde el calor del centro de la tierra impera y dónde el ser humano pasa a ser una piedra más del macizo cordillerano que nos permite vistas inigualables y mucha pero mucha tranquilidad.

Foto: M. Julia Flores / Nikon D 3100

En este trayecto del viaje, el grupo se va separando, algunos deciden bajar, otros ir a conocer unos pozones naturales y los menos seguir subiendo. Y contra todo pronóstico seguí ascendiendo hasta la piedra más alta, del primer cordón montañoso, en dicho lugar ya no había vegetación, sólo roca, barro y la compañía del grupo que hizo cumbre. 

Esta parte del viaje es de mayor dificultad, pues es bastante empinada y en ciertos sectores se debían escalar rocas, pero llegamos al objetivo, cumplimos la meta y yo me sentía tan bien por haberlo logrado, que hice caso omiso al cansancio pues, el lugar, el silencio y el viento gélido que rozaba mi cara, era el premio de tan arduo esfuerzo.

Foto: M. Julia Flores / Nikon D 3100

Para tener en cuenta...


El primer trayecto es familiar, pues no se requiere de tanto esfuerzo físico. De hecho, la segunda etapa lo sigue siendo, pues la completó mi sobrino que tiene 7 años, pero requiere de supervisión de un mayor de edad siempre. De ahí, hacia arriba, es necesario tener resistencia física y prudencia  en el circuito. En este lugar, existen senderos para profesionales que llegan a cumbres nevadas, con mayor altitud y en las que se requiere de mayor experiencia y una vestimenta adecuada. En distintos sitios del valle se ofrecen tours guiados para quienes quieren lograr circuitos más complejos.

Así fue mi primera experiencia, fue fantástico, pude lograr buenas fotografías, acompañar a mi sobrino en esta experiencia significativa, alentarlo cuando decía que no lo lograría y cumplir mi propio desafío personal, llegar a la roca más alta. Fue ahí donde pude dar gracias a Dios por tanta belleza, darme cuenta de que hay cosas que imagino que no lograré pero que con esfuerzo, se convierten en logros, de esos que se atesoran para siempre.




ADVERTENCIA: Subir cerros puede ser adictivo.

¿Porqué subir montañas? Por que están ahí (LIONEL TERRAY)


Película inspiradora: In to the wild, también conocida como Hacia rutas salvajesCamino salvaje o como Aventura en Alaska, 100% recomendada.



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